LOS MAYAS: ¿MAGOS,
DIOSES O EXTRATERRESTRES?
Por Yeni lay
Cuando los españoles llegaron a
América, se encontraron con civilizaciones a las que englobaron con el nombre
de Nuevo Mundo. Sin embargo, se trataba de un mundo posiblemente mucho más
viejo que aquél del cual ellos venían.
Los detractores de las culturas aborígenes
de América suelen decir que mayas, aztecas, incas y otras civilizaciones
americanas de menor esplendor no conocían el cero ni la rueda, que perpetraban
sacrificios humanos, y que, en el momento de la conquista, en Europa comenzaba
a construirse el Vaticano, muestra de perfección arquitectónica que no puede
compararse con las pirámides.
Sin embargo, recientes
investigaciones han aportado un balance muy distinto en estas comparaciones. Por
ejemplo, los mayas y aztecas poseían un sistema numérico vigesimal para el que
no necesitaban el cero, a pesar de no conocer la rueda (o de no emplearla, lo
cual puede ser bien distinto), poseían un sistema de comunicación mucho más
rápido y efectivo que el que se tenía en Europa en esos momentos, y su método
de riego y cultivo era mucho más apropiado, desde el punto de vista de la ecología,
que las modernas técnicas agrícolas.
Nos sentíamos muy orgullosos de la
agricultura moderna hasta que los problemas de la contaminación, el peligro del
uso de pesticidas en los vegetales y frutas para el consumo humano, las
crecientes sequías, la deforestación, etc., nos hicieron ver que quizá los
antiguos pobladores de América no eran tan “primitivos” como se pensaba.
Los mayas estaban mucho más
adelantados que nosotros en esto, y no usaban pesticidas ni fertilizantes, sino
que empleaban la selva como campo de cultivo, sin necesidad de deforestar.
También contaban con los sistemas de terrazas y las pet katoob, especie de balsas flotantes para
cultivar (técnicas que luego los aztecas duplicaron en sus chinanpas). Este
sistema les permitía alimentar a gran cantidad de habitantes sin afectar el
medio. Es preciso tener en cuenta que los mayas, durante el apogeo de su
civilización, tenían una densidad de población de más de 125 habitantes por
kilómetro cuadrado, y algunas zonas tuvieron densidad de 200 y hasta 300 en
algunos momentos de su desarrollo (en comparación, Estados Unidos tiene en este
momento una densidad de unos 26 habitantes por kilómetro cuadrado), y sin
embargo, eran capaces de alimentarse, y de incluso contar con superproducción
para el intercambio.
En cuanto a los sacrificios humanos,
no se puede decir que el hombre moderno no los haya seguido practicando, aunque
no por motivos religiosos. Ahora los “dioses” a los que se ofrece sangre humana
ya no son seres sobrenaturales, sino simples ideologías endebles o peor aún,
ídolos en forma de un pedazo de tierra, de un poco de influencia política, o de
un entreacto de fama en el devenir de la
historia. Y por esos dioses falsos, los hombres “modernos y civilizados” se han
venido matando los unos a los otros con un “racional” uso de la rueda, el cero
y otros adelantos.
Pero la desaparición de los mayas es
un misterio que aún no ha podido elucidarse. Se han lanzado muchas teorías: que
el empobrecimiento de los suelos los obligaba a emigrar periódicamente (esta
idea ha sido descartada a la luz de los nuevos descubrimientos), que las plagas
los diezmaron de manera fulminante, que una deficiencia genética fue
deteriorando la habilidad de reproducción, y por último, pero no con menos
seriedad, algunos estudiosos afirman que grandes masas de mayas fueron
evacuados del planeta por seres de inteligencia superior con la ayuda de naves
de las llamadas OVNI.
Esta teoría sobre su desaparición
parte justamente del análisis del misterio de su surgimiento. Los mayas se
autotitulaban como “venidos del cielo”, y sus conocimientos sobre astrología,
matemática, medicina y otras ciencias hace pensar que eran descendientes de una
cultura superior, o bien habían recibido información de seres de otras
civilizaciones.
La piedra angular de esta teoría es
la famosa lápida conocida como “del astronauta”, hallada en las ruinas de
Palenque. Esta enorme piedra funcionaba como tapa del sarcófago encontrado bajo
la pirámide. Esta pirámide es la única en América que sirvió como monumento
funerario, pues las otras son, hasta el momento, consideradas solo como lugares
de culto. La circunstancia anterior aumenta la incógnita de esta civilización
al emparentar sus ritos funerarios con los de los antiguos egipcios, otra
civilización envuelta en el misterio.
El misterio que encontraron los
españoles al descubrir las ruinas mayas en medio de la selva sigue en pie, a
pesar de nuestros métodos más modernos de investigación; pero no cabe duda de
que nos vamos acercando al desciframiento final de ése y tal vez, de todos los
misterios.
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