En los
pasados tiempos, al principio de los tiempos, los hombres consideraban al Sol
como la figura más poderosa del cielo. Hoy sabemos, por la moderna astronomía,
que el Sol es una hoguera gigante y rugiente cuyo corazón ardiente alcanza temperaturas
de millones de grados centígrados. El Sol es la fuente de toda la vida en la
Tierra y además de ello, también lanza un torrente de otras radiaciones,
incluyendo los rayos ultravioleta, fatales para el hombre de no poseer un
escudo: la atmósfera.
Mitológicamente,
era el Sol era considerado un dios poderoso y reyes de todo el mundo aseguraban
ser sus descendientes. En Egipto el Sol era Ra, que cruzaba los cielos cada día
en un bote, pero quizá el dios sol con influencia más duradera fue el griego
Apolo, que atravesaba el cielo en un carro de fuego, y que poco tiempo después
fue adoptado por los romanos.
Apolo mostró su virilidad rápidamente, pues mató a unas serpientes cuando apenas tenía unos
días de nacido. Él se convirtió en el ideal de la virilidad, la belleza y la
juventud, y engendró muchos hijos. Era un poderoso enemigo de quienes lo
rechazaban. Los griegos reconocían la dualidad del dios: él era a la vez “Febo
Apolo”, “Apolo Radiante”, y “Loxio” que significa ambiguo. Como apolo y la estrella
física en sí misma, el Sol en astrología tiene una naturaleza dual. Es una
fuente de vida y belleza, pero al mismo tiempo es capaz de provocar una gran
destrucción.
Astrológicamente, el Sol gobierna la esencia del ser,
es ambición, espíritu, esperanza, energía, poder y organización. Confiere
creatividad, orgullo, generosidad y dignidad. Pero está también relacionado con
el egoísmo, la pomposidad y la arrogancia. Representa la masculinidad ardiente
y seca, en relación opuesta a la Luna que es fría, húmeda y femenina. El Sol es
la conciencia, la parte iluminada de la mente; la Luna es la parte inconsciente
o el conocimiento intuitivo. En el cuerpo humano, el Sol tiene una influencia
especial sobre el corazón, el sistema circulatorio, y en la salud y vitalidad
general. El Sol, junto con la Luna, Mercurio, Venus y Marte, es uno de los
planetas interiores o personales, los cuales ejercen una influencia directa
sobre la vida de los individuos. Su posición en el momento del nacimiento
determina el signo natal personal, el signo solar, un importante elemento en el
análisis total de la personalidad astrológica. El Sol rige el signo de Leo, que
es su reino específico, y representa a reyes, jefes de estado, padres,
maestros, compañeros masculinos y amigos mayores.
Cada uno de los planetas tiene su propio símbolo o
glifo, usado en las cartas natales. Los glifos se crearon con diferentes
combinaciones de los tres elementos básicos que en astrología son llamados el
círculo del espíritu, la luna creciente del alma, y la cruz de la materia. El
glifo del Sol es un círculo, la imagen del todo, con un punto: el centro de
vida.
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