domingo, 27 de octubre de 2013

Los Mayas


LOS MAYAS: ¿MAGOS, DIOSES O EXTRATERRESTRES?
Por Yeni lay


Cuando los españoles llegaron a América, se encontraron con civilizaciones a las que englobaron con el nombre de Nuevo Mundo. Sin embargo, se trataba de un mundo posiblemente mucho más viejo que aquél del cual ellos venían.


Los detractores de las culturas aborígenes de América suelen decir que mayas, aztecas, incas y otras civilizaciones americanas de menor esplendor no conocían el cero ni la rueda, que perpetraban sacrificios humanos, y que, en el momento de la conquista, en Europa comenzaba a construirse el Vaticano, muestra de perfección arquitectónica que no puede compararse con las pirámides.


Sin embargo, recientes investigaciones han aportado un balance muy distinto en estas comparaciones. Por ejemplo, los mayas y aztecas poseían un sistema numérico vigesimal para el que no necesitaban el cero, a pesar de no conocer la rueda (o de no emplearla, lo cual puede ser bien distinto), poseían un sistema de comunicación mucho más rápido y efectivo que el que se tenía en Europa en esos momentos, y su método de riego y cultivo era mucho más apropiado, desde el punto de vista de la ecología, que las modernas técnicas agrícolas.


Nos sentíamos muy orgullosos de la agricultura moderna hasta que los problemas de la contaminación, el peligro del uso de pesticidas en los vegetales y frutas para el consumo humano, las crecientes sequías, la deforestación, etc., nos hicieron ver que quizá los antiguos pobladores de América no eran tan “primitivos” como se pensaba.




Los mayas estaban mucho más adelantados que nosotros en esto, y no usaban pesticidas ni fertilizantes, sino que empleaban la selva como campo de cultivo, sin necesidad de deforestar. También contaban con los sistemas de terrazas y las pet katoob, especie de balsas flotantes para cultivar (técnicas que luego los aztecas duplicaron en sus chinanpas). Este sistema les permitía alimentar a gran cantidad de habitantes sin afectar el medio. Es preciso tener en cuenta que los mayas, durante el apogeo de su civilización, tenían una densidad de población de más de 125 habitantes por kilómetro cuadrado, y algunas zonas tuvieron densidad de 200 y hasta 300 en algunos momentos de su desarrollo (en comparación, Estados Unidos tiene en este momento una densidad de unos 26 habitantes por kilómetro cuadrado), y sin embargo, eran capaces de alimentarse, y de incluso contar con superproducción para el intercambio.


En cuanto a los sacrificios humanos, no se puede decir que el hombre moderno no los haya seguido practicando, aunque no por motivos religiosos. Ahora los “dioses” a los que se ofrece sangre humana ya no son seres sobrenaturales, sino simples ideologías endebles o peor aún, ídolos en forma de un pedazo de tierra, de un poco de influencia política, o de un entreacto de fama  en el devenir de la historia. Y por esos dioses falsos, los hombres “modernos y civilizados” se han venido matando los unos a los otros con un “racional” uso de la rueda, el cero y otros adelantos.




Pero la desaparición de los mayas es un misterio que aún no ha podido elucidarse. Se han lanzado muchas teorías: que el empobrecimiento de los suelos los obligaba a emigrar periódicamente (esta idea ha sido descartada a la luz de los nuevos descubrimientos), que las plagas los diezmaron de manera fulminante, que una deficiencia genética fue deteriorando la habilidad de reproducción, y por último, pero no con menos seriedad, algunos estudiosos afirman que grandes masas de mayas fueron evacuados del planeta por seres de inteligencia superior con la ayuda de naves de las llamadas OVNI.   


Esta teoría sobre su desaparición parte justamente del análisis del misterio de su surgimiento. Los mayas se autotitulaban como “venidos del cielo”, y sus conocimientos sobre astrología, matemática, medicina y otras ciencias hace pensar que eran descendientes de una cultura superior, o bien habían recibido información de seres de otras civilizaciones.


La piedra angular de esta teoría es la famosa lápida conocida como “del astronauta”, hallada en las ruinas de Palenque. Esta enorme piedra funcionaba como tapa del sarcófago encontrado bajo la pirámide. Esta pirámide es la única en América que sirvió como monumento funerario, pues las otras son, hasta el momento, consideradas solo como lugares de culto. La circunstancia anterior aumenta la incógnita de esta civilización al emparentar sus ritos funerarios con los de los antiguos egipcios, otra civilización envuelta en el misterio.




El misterio que encontraron los españoles al descubrir las ruinas mayas en medio de la selva sigue en pie, a pesar de nuestros métodos más modernos de investigación; pero no cabe duda de que nos vamos acercando al desciframiento final de ése y tal vez, de todos los misterios.  


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